La RAE lo define como “sistema de escritura para ciegos que consiste en signos dibujados en relieve para poder leer con los dedos.”
Es posible crear 64 combinaciones distintas de puntos que permiten leer a personas sin visión con el tacto de las yemas de sus dedos.
Queremos especificar que el Braille no es un idioma, es tan solo un alfabeto con el que se puede escribir en la mayoría de lenguas. Los caracteres deben tener unas dimensiones precisas para poder ser legibles.
¿Cómo surgió el Braille?
Luis Braille nació en Francia en 1809. Con cuatro años de edad, tuvo un accidente que le produjo una infección ocular que acabó en ceguera.
Sus padres decidieron no ponerle límites y matricularle en una escuela ordinaria. Pese a su gran inteligencia, su ceguera le imposibilitó el estudio de ciertas materias. Por este problema, a los 10 años Luis se matriculó en el primer colegio para niños ciegos.
Carlos Babier, un oficial de artillería que colaboraba con esta escuela, había inventado un sistema de escritura para leer sin luz durante la batalla. Pensó que podía ser útil para los ciegos y enseñó este sistema a Luis y a sus compañeros. Aunque el sistema era útil y consiguió entusiasmar a los chicos, no era aplicable a deberes ortográficos ni problemas matemáticos debido a que relacionaba el relieve con la fonética.
Braille decicidió estudiar pos su cuenta esta insuficiencia. Con tan solo 16 años, inventó el alfabético Braille, al que bautizó con su apellido.
Fue un compañero de Luis, Francois-Pierre, quien inventó la primera máquina de escribir con el sistema Braillle, representando el origen de la posterior tiflotecnología.
El alfabeto de Luis Braille se fue extendiendo por todo el mundo debido a su genialidad. Toda una revolución que permite la lectura individual y la notación musical de miles de personas sin visión.
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